jueves, 18 de octubre de 2018

Déjame robarte un beso



Qué traumas llevamos cada uno y hasta qué punto el cuchillo se hundió en la mantequilla de nuestra infancia, marcándonos para siempre
Haciendo de nosotros una pasta dura
O con grietas
O agujereada como un queso gruyère
O cubierta de moho por haberla guardado en cuartos mal ventilados
En cuartos húmedos donde triunfan las cucarachas y las corrientes heladas
Un moho verde como el trigo verde
Y el verde, verde limón

(Cuando le pregunté si le costaba decir te quiero, me dijo que sí
Cuando le pregunté si le costaba querer, me dijo que sí
Cuando le dije te quiero se quedó mirándome como un pájaro, ojos moviéndose de forma casi  imperceptible en una cabeza emplumada)

Me voy estudiando la piel
y mientras aparto los lunares y rasco para ver si sale lo malo
pienso que de niña me dijeron muchas veces te quiero
y luego llegó un día en que dejaron de decírmelo
y después, hace ocho años, cuando se me desgajó A como el trozo azul de hielo de un iceberg,  
volvieron los tequieros los abrazos y los nopuedovivirsinti
y aunque vinieran de un entorno tan extraño como el que vives dentro de ti mismo, como un globo donde flotaras en medio de una atmósfera enrarecida de estómago, rebotando en sus paredes de goma
como si todo fuera un espejo de mí
pensé que tal vez hubiera esperanza
y me atreví a pasar, abrí la boca y las palabras salieron,
Son muchos años que pasaron sin decir te quiero y en verdad te quiero
Pero encuentro formas de engañar a mi corazón

Escucho ahora los vallenatos de Carlos Vives
Y el otoño se transforma en verano
En un verano lejano en el que bailo sin miedo
Y no hay hojas doradas sino briznas de hierba en las junturas de unas baldosas recién colocadas