jueves, 20 de junio de 2019

CERVEZA


Es vox populi que soy una acérrima aficionada a la cerveza
No lo soy de nacimiento, sino que aprendí a disfrutar de sus amargos placeres
Uno de mis más queridos recuerdos de infancia se compone de mi padre bebiendo cerveza en la mesita frente al televisor, una mesita que aún está, ella sí sobrevive aunque con un tablero modificado, repintada y barnizada, pero la misma, su madera podría corroborar mi recuerdo
Mi padre con el amargo líquido amarillo y espumoso y yo tratando de probárselo, es posible que mi padre me hubiera dejado sorber mientras veía los deportes del domingo en el telediario, coches de carreras y una revista de recortables con vestidos que se sostienen con un trozo de papel doblado, y mis hermanas ¿dónde están? no entran en ese universo que solo ocupo yo y mi padre y la cerveza y el domingo y mi padre estaría recostado en el sillón que era otro y los dos éramos otros y los mismos aunque mi padre no sea ahora más que restos orgánicos y huesos y yo esté repintada y barnizada, con un nuevo tablero más resistente al paso del tiempo
Y la cerveza me gusta, bebo su amargor templado y burbujeante y me calienta por dentro y por fuera
Aunque no siempre me gustó
En la tierra de la cerveza comencé a amarla de verdad, cuando todo estaba y está lejos y simplemente era más barata y no había otra opción
(recuerdo al hombre que bebía cerveza y recuerdo la cerveza y yo soy la cerveza y la mujer que bebe cerveza y ya no más la niña que tomaba el vaso de forma desprevenida)
Alemania, 1996, Ana ensayando la vida, metiendo el pie en el mar embravecido y qué mejor que Alemania 1996, donde no hay hogar porque el hogar soy yo, aunque eso lo aprendí más tarde, Alemania 1996, no estaba Aitana, no estaban las cicatrices ni la muerte, solo un invierno helado y la frontera donde todo empieza y acaba, donde todo es nuevo y es lo único posible, donde el caos entra y ya no sale porque es lo único real
Cerveza con frutas, cerveza templada, Bier, geniessen, fluss, lecker, drinken, besoffen, Lebensmittel, ach so, LEBENSMITTEL
Y ya no dejé de beberla como no dejé lo demás, mientras amamantaba mientras vacacionaba, estudiaba amaba y divorciaba, gracias a la cerveza he tomado decisiones infranqueables gracias a la cerveza he llorado, he tenido coartada para mis estupideces, gracias a ella acepto el amargor y acepto al hombre y a la vida,
y quisiera ahora (que ya no puedo) brindar con él (con Él) nuestras cervezas
y no renuncio a hacerlo un día con su cráneo con su peroné de testigos, sosteniendo el vaso con los tan amados y desnudos metacarpos y falanges
Y no dejo de sorprenderme cuando saboreo mi cerveza al final del día, después de contar las horas que la convierten en algo decente,
al descubrir esa otra amargura que no la incumbe, la que destilan otros hombres y otras mujeres que no somos yo ni él
esa amargura que no se bebe pero rezuma por las comisuras se desborda en babas y bilis y se empeña en enfocar lo desenfocado en buscar un orden oral que no existe, una razón para vivir (en la amargura) que no es este momento exacto
mientras
saboreo mi amargor amarillo y espumoso
y en mí, en mi vientre, en mi mente, a través de un sorprendente fenómeno de alquimia
se convierte en dorada azúcar.

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