jueves, 6 de agosto de 2015

MATRIMONIO AMATEUR

Los novios se miran, se observan, se huelen.
Ella no se conoce el nombre de las flores ni sabe hacer un buen guiso como los de su madre. Son asuntos que escapan a su interés. Ella es como una vaca limusina, grande, de color pastel, con ojos de boba calma. Él sin embargo practica escalada y está flaco. No se conocieron en el instituto ni en un bar, menos en clases de baile. Su era es la cibernética. Ella se llama Clara, él Sebastián. Es evidente que la elección de nombres está experimentando una involución, y los hobbies también. Hacen ganchillo o deberían. Clara tiene un problema físico que le hace hipar y aterrorizarse. También le repugnan algunas cosas inocuas, como la sangre o las palomas. Sebastián se infecta los pelos que no logra afeitarse de las piernas, que le quedan agarrados como niños de preescolar a las puertas del jardín de infancia, lloran y supuran.
Se van a casar.
Los dos consumen porno por separado y series en versión original juntos. Tienen trabajos relativamente cómodos. Clara lee. Sebastián tiene tendencia a las adicciones, está algo enganchado al poker online.
Una amiga le preguntó a Clara por qué lo hacían. No encontró una respuesta, o encontró varias y no supo por cual decidirse.
Tienen algo ahorrado. Ofrecerán un lunch tras una breve ceremonia. Después recorrerán Francia en autocaravana.
O los países nórdicos.
Han hecho el amor muchas veces.
Es posible que lleguen a estar juntos el resto de sus vidas.  

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