En realidad eso que contaba no ha pasado nunca
Respeto la azarosidad del dolor
Las puntas de mis nervios conocen la capilaridad de ese daño que sucede sin más
Las estalactitas blandas que cuelgan de un cólico
El laberinto ardiente de la migraña
El cepo sorpresivo de mis dientes sobre la lengua
Pero he renunciado a la necesidad de ser víctima
elijo al verdugo
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